En mi opinión eso es una buena señal. Siempre que al escribir consigues meterte de esa forma en la historia, saldrá algo mejor que cuando te limitas a llenar páginas con una idea que no es capaz de abrirse paso ni en tu propia mente.
Pero cuando dejas de escribir ya no es tan beneficioso. Por ejemplo, vas caminando por la calle y sigues pensando en ese personaje y entonces sonríes o te pones serio. ¿Nunca os ha pasado? Pues no os preocupéis, que hay tiempo. O cuando cualquier palabra que os dicen os lo recuerda y os veis en la necesidad de escribir pero ¡maldición! No hay ningún papel cerca y tenéis que recurrir a una servilleta/pañuelo/repetírtelo una y otra vez hasta tener la oportunidad de anotarlo.
Ese es el personaje que te hace sentirte acompañado a pesar de estar solo. En un momento de aburrimiento únicamente tienes que concentrarte en él y te olvidas de lo que hay a tú alrededor. Solo él y tú en un lugar mucho más emocionante que la realidad. Lo mejor de esto es que la gente que te rodea no notará nada y tú estarás corriendo aventuras con él mientras los demás no saben qué hacer para entretenerse.
Este efecto secundario es uno de los que más me gustan porque sé que siempre va a haber alguien que va a ir donde yo vaya y con el que podré hablar sin necesidad de palabras. Alguien que no me va a decir que sea diferente, con el que no tendré que fingir nunca.
Quizá ese personaje cambie o crezca a lo largo del tiempo, tomará un aspecto u otro, pero seguirá siendo él, ese amigo inseparable que, a veces, la escritura nos da la oportunidad de tener. Ese es uno de los privilegios del escritor, poder crear personajes a los que en otra ocasión bauticé como «los reales», que caminan a tu lado sin que nadie más pueda verlos y que te hacen sentirte acompañado cuando parece que nadie parece oírte y que eres invisible. Por eso creo que el día que descubrí que me gustaba escribir fue uno de los más especiales de mi vida. Se me abrió una puerta que antes ni siquiera sabía que existía y, desde entonces, siempre hay alguien que camina a mi lado sin que nadie más que yo pueda verlo.
¡Hola! mira, no hay otra forma de decir esto (y me da rabia no poder poner emoticonos :S) *_*_*_*_*_*_* (esto quiere decir que ahora mismo soy un mar de lágrimas)
ResponderEliminar¡Qué bonito! me ha encantado ^^ y además es verdad, porque a mi me pasa lo mismo con algunos personajes, que se convierten en parte de mi vida ;D
espero verte por mi blog ^^
besos
y yo hablo desde el lado de los lectores ^^ ;D
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada, de verdad, me he sentido bastante identificada. No sé si me ha pasado con esa intensidad de estar pensando constantemente en un personaje, pero sí que me pasa de llevar alguno en la cabeza durante todo el día, sin poder sacármelo. No siempre es el mismo, claro, la verdad es que siempre tengo alguno u otro, tal vez el que esté desarrollando más en ese momento.
¡muchos besos!
Hay personajes que si serían mejores amigos que algunas personas que conocemos XD
ResponderEliminarun beso
Que cierto todo...a mí me pasó igual con un personaje de una historia que hice, creo que me gustaba tanto que no dejaba de inventarme cosas para él. Así que totalmente identificada la verdad...
ResponderEliminarUn beso :)