Reseña: Campos de fresas

Campos de fresas

Jordi Sierra i Fabra

SM

Realista

      Luciana, una chica normal, buena estudiante y jugadora de ajedrez, cae en coma tras un golpe de calor producido por una pastilla que consumió un viernes por la noche en el que sólo pensaba divertirse. Entonces sus amigos, que se sienten responsable de que ella se encuentre así, se embarcan en una búsqueda para dar con una pastilla igual ya que creen que eso la ayudará a recuperarse. A la misma vez, un inspector de policía busca al camello que le vendió esa droga. Mientras tanto, un periodista tratará de averiguar todo lo posible y de sacarle una foto a Luciana para tener una exclusiva.

      Entre el ruido de las discotecas y los locales de fiesta que recorren, también hay espacio para el silencio y la reflexión, tanto en las casas de sus amigos, como en la habitación en la que se encuentra la cama en la que yace la chica.

      Sin embargo, lo que nadie sabe, es que la decisión de vivir sólo podrá tomarla Luciana, que se enfrenta a una dura partida de ajedrez contra el peor de sus rivales....la muerte.

      Este libro me ha encantado y no he tardado ni una semana en leerlo. Me lo compré en la feria del

libro de Madrid hace unas semanas donde, además, tuve el placer de conocer a su autor, Jordi, un hombre que si digo "simpatiquíiiiiisimo" se queda corto, que además me firmó el libro. La verdad, tenía mucha curiosidad por leer un libro suyo ya que únicamente había leído un relato y este fue el elegido.Una gran elección de la que había oído hablar alguna vez y que nunca me había animado a leer. Me dejó sin palabras. Tiene un lenguaje fácil y muy cercano a los jóvenes de hoy en día, lo que agiliza la lectura. 

      En cuanto a la trama, una hábil combinación entre ruido y silencio en la que se te quitan todas las ganas de cometer la tontería de tomar una de esas pastillas para bailar durante el fin de semana, o por lo menos a mí. Creo que ha sabido reflejar a la perfección los ambientes, los personajes y las situaciones y, a diferencia de lo que me suele ocurrir con frecuencia, el final me deja con buen sabor de boca y no me dan ganas de mandar una carta de reclamación (por decirlo finamente) a su autor ¡Vivan los finales en condiciones, que cada vez hay menos!
      Si no os lo han mandado como lectura en el colegio o si no lo habéis leído os lo recomiendo porque creo que es algo que todo el mundo debería tener en cuenta porque, aunque el caso de Luciana sea ficticio, todos los fines de semana hay muchos jóvenes que no saben lo que se están jugando cuando consumen una porquería de esas sólo por el estúpido fin de seguir bailando y "flipando" todo el fin de semana, pero lo que no saben, o no quieren saber es que su vida se puede convertir en un "campo de fresas".