Nacer, abrir los ojos y
ver que el mundo agoniza,
pero sigue, no te detengas, no mires,
que el mundo se desangre.
Llorar el morir de la vida,
junto a la hipocresía sorda,
pero sigue, no te detengas, no mires,
que el mundo se desangra.
Muere, vuelve a la tierra,
siente el arder de ti mismo,
pero sigue, no te detengas, no mires,
que el mundo se desangró.
Nacer, para llorar y morir
en un mundo que agoniza
por la hipocresía sorda,
mientras caminas, sin pausa,
y, cuando miras,
tus manos están manchadas de sangre.
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