¡Hola a todos! Hoy os traigo uno de los problemas de ser escritor con el que me he tenido que enfrentar últimamente y espero que si no os ha pasado nunca no os llegue a pasar porque es de las peores cosas que podrían sucederos. Bien, allá voy.
Dicen que para ser escritor hace falta un 70% de esfuerzo y un 30% de talento. Y yo estoy completamente de acuerdo y no me meteré con aquello que dicen personas que llevan mucho más tiempo que yo escribiendo. Aunque si os digo la verdad, el único esfuerzo que hago es tener la paciencia de llegar hasta el final, dondequiera que se encuentre, y creerme, eso es mucho esfuerzo. Lo demás dejo que fluya solo porque me he dado cuenta que cuanto más me preocupo en programarlo todo, más se desvía la trama y a mí lo que me gusta es escribir no tener que estar varios días viendo qué sucederá en cada capítulo, los personajes que aparecen, con quién se quedará la protagonista al final o qué pasará en cada parte de la historia. A mí me gusta dejarme guiar por ese algo que me impulsó a contar la historia de ese personaje.
Pero si nos ponemos a hablar de lo protagonistas, si es cierto que si previamente sabes cómo son y qué les relaciona con su protagonista, mejor. Luego dirás que uno tiene los ojos azules y es huérfano y cuando te pongas a escribir le da por decirte que tiene los ojos marrones y sus padres están vivos y escondidos en alguna parte.
O cuando se te viene a la mente por primera vez la historia y crees que es de misterio y cuando la has acabado te das cuenta que es una romántica y el único misterio que tiene es lo que has querido ocultarle al lector para mantener un poco la intriga.
Lo peor de todo es cuando llevas la mitad del relato y descubres que no sabes quién es el protagonista de la historia porque llega uno que es más importante que el propio protagonista y bueno...
Ahora que ya he expuesto las razones por las que no me gusta programas las historias os expondré el por qué si debéis hacerlo:
En primer lugar, sin pretenderlo puedes terminar desviándote de lo que es verdaderamente importante y salirte por las ramas y que si uno estuvo con otra y que por eso es calvo. Eso no le importa a nadie y el saber a dónde tienes que ir, aunque sea con unos trazos difusos, evita hacer este tipo de cosas. Y si os digo la verdad, cuando me pongo a escribir algo, mi mente se pone a indagar en el final y en lo que pasará, y me guío más por eso que por lo que luego anoto en el papel.
Además hay otro problema que es poco conocido y es el del personaje que no aparece en toda la historia y en un momento aparece sin más y tiene un papel muy significativo en lo que queda. El año pasado descubrí que, por lo visto, eso no debe hacerse porque está feo y parece un recurso de un escritor desesperado porque no se le ocurre nada y mete a un personaje comodín. Bien, pues eso si lo planificas de antes tienes la ventaja de que puedes hacer leves comentarios o encuentros sin importancia y luego, cuando llegué el momento en el que su aparición te va a resolver un gran problema de bloqueo creativo, pues lo metes y listo.
En definitiva, que cada cual se lo monta como quiere, que estás empezando a escribir y te resulta más fácil planificarlo todo, pues bien, y si te aburres haciéndolo, pues no lo hagas y punto. Lo que está claro es que el esfuerzo que tienes que emplear en acabar la historia va a estar ahí por mucho que no quieras y, si tampoco estás dispuesto a hacerlo y lo vas a dejar antes del final, pues no empieces y ahorrarás tiempo.
A toco esto, me acabo de dar cuenta que lo que os he puesto arriba me ha sucedido ahora (je je). Lo que os dicho de la planificación, porque se suponía que en esta entrada os iba a hablar de la inspiración y pues como que esto no se parece mucho, pero bueno...Espero que con el tiempo esto se corrija y mientras tanto lo único que puedo hacer es intentarlo.
Un saludo, y nos vemos en la próxima entrada y a ver si para entonces ya corregí el problema.
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Yo no planifico, me dejo llevar y que pase lo que pase jajaja
ResponderEliminarun beso
Yo prefiero planificarlo, aunque lo hago de forma inconsciente, me viene la historia a la mente como una idea y a partir de ahí la desarrollo hasta que la empiezo a escribir. Eso sí, la primera novela que escribí no lo hice así, y por lo menos para mí fue un completo caos. Esta segunda que he empezado lo tengo todo pensado y disfruto más escribiéndola>.<
ResponderEliminarBesos!